Mostrando las entradas con la etiqueta gestos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta gestos. Mostrar todas las entradas

martes, 7 de abril de 2015

Síndrome de Asperger



El síndrome de Asperger a menudo se considera una forma de autismo de alto funcionamiento.
En 1944 Hans Asperger denominó este trastorno "psicopatía autista". La causa exacta se desconoce, pero es muy probable que una anomalía en el cerebro sea la causa del síndrome de Asperger. Es posible que intervengan factores genéticos, ya que el trastorno tiende a ser hereditario, pero no se ha identificado un gen específico.
Es un trastorno generalizado del desarrollo (TGD) o un trastorno del espectro autista. La principal diferencia entre el síndrome de Asperger y el trastorno autista es que los niños con el síndrome, no tienen retrasos cognitivos ni del habla. La afección parece ser más común en los niños que en las niñas; aunque las personas con síndrome de Asperger con frecuencia tienen dificultades sociales, muchas tienen una inteligencia por encima del promedio y pueden sobresalir en campos como la programación informática y la ciencia. presentan retraso en el desarrollo cognitivo.
Las personas con síndrome de Asperger se tornan demasiado concentradas u obsesionadas con un solo objeto o tema, ignorando todos los demás. Quieren saber todo sobre este tema y, con frecuencia, hablan poco de otra cosa.
  • Con frecuencia, no reconocen que la otra persona ha perdido interés en el tema.
  • Las áreas de interés pueden ser bastante limitadas, como una obsesión con los horarios de los trenes, los directorios telefónicos, una aspiradora o colecciones de objetos.
Las personas con síndrome de Asperger no se aíslan del mundo de la manera en que lo hacen las personas con un trastorno autista. Con frecuencia se acercarán a otras personas. Sin embargo, sus problemas con el habla y el lenguaje en un escenario social a menudo llevan al aislamiento.
  • Su lenguaje corporal puede ser inusual.
  • Pueden hablar en un tono monótono y pueden no reaccionar a los comentarios o emociones de otras personas.
  • Pueden no entender el sarcasmo o el humor, o pueden tomar una metáfora literalmente.
  • No reconocen la necesidad de cambiar el volumen de su voz en situaciones diferentes.
  • Tienen problemas con el contacto visual, las expresiones faciales, las posturas del cuerpo o los gestos (comunicación no verbal).
  • Pueden ser estigmatizados por otros niños como "raros" o "extraños".
Las personas con síndrome de Asperger tienen problemas para formar relaciones con niños de su misma edad u otros adultos, debido a que son incapaces de responder emocionalmente en interacciones sociales normales.No son flexibles respecto a rutinas o rituales, tienen dificultad para mostrar, traer o señalar objetos de interés a otras personas y no expresan placer por la felicidad de otras personas. 
Pueden mostrar retrasos en el desarrollo motor y comportamientos físicos inusuales, como:
  • Retardo en ser capaces de montar en bicicleta, agarrar una pelota o trepar a un juego.
  • Torpeza al caminar o realizar otras actividades.
  • Aleteo de los dedos, contorsiones o movimientos con todo el cuerpo que son repetitivos. 
Muchos niños con síndrome de Asperger son muy activos y también se les puede diagnosticar trastorno de hiperactividad y déficit de atención (THDA). Se puede desarrollar ansiedad o depresión durante la adolescencia y comienzo de la adultez. Igualmente, se pueden observar síntomas del trastorno compulsivo-obsesivo y un trastorno de tic como el síndrome de Tourette.
Generalmente se necesita un médico experimentado en el diagnóstico y tratamiento del autismo para hacer el diagnóstico real. Debido a que no hay ningún examen físico para el síndrome de Asperger, el diagnóstico a menudo se basará en criterios muy específicos, a partir de un determinado manual médico. La mayoría de los médicos busca un grupo básico de comportamientos que les ayude a diagnosticar el síndrome de Asperger.
 Estos comportamientos abarcan:
  • Contacto ocular anormal.
  • Retraimiento.
  • No voltearse al ser llamado por el nombre.
  • Incapacidad para usar gestos para apuntar o mostrar.
  • Falta de juego interactivo.
  • Falta de interés en los compañeros.
Los síntomas pueden ser notorios en los primeros meses de vida. Los problemas deben ser obvios hacia la edad de 3 años. Se hacen exámenes físicos, emocionales y cognitivos para descartar otras causas y buscar signos de este síndrome con mayor cuidado. El equipo que verá a su hijo puede incluir a un neurólogo, un psiquiatra, un fonoaudiólogo y otros profesionales expertos en el diagnóstico de niños con síndrome de Asperger.
No existe ningún tratamiento único que sea el mejor para todos los niños. La mayoría de los expertos piensa que cuanto más temprano se inicie el tratamiento, mejor. Los programas para niños con síndrome de Asperger enseñan habilidades basándose en una serie de pasos simples y empleando actividades altamente estructuradas. Las tareas o puntos importantes se repiten con el tiempo para ayudar a reforzar ciertos comportamientos.
  • Terapia cognitiva o psicoterapia para ayudar a los niños a manejar sus emociones, comportamientos repetitivos y obsesiones.
  • Capacitación para los padres con el fin de enseñarles técnicas que pueden usarse en casa.
  • Fisioterapia y terapia ocupacional para ayudar con las destrezas motoras y los problemas sensoriales.
  • Entrenamiento en contactos sociales, que con frecuencia se enseñan en un grupo.
  • Fonoaudiología en terapia del lenguaje para ayudar con la habilidad de la conversación cotidiana.
Con tratamiento, muchos niños y sus familias pueden aprender a enfrentar los problemas del síndrome de Asperger. La interacción social y las relaciones personales todavía pueden ser un problema. Sin embargo, muchos adultos con este síndrome se desempeñan con éxito en trabajos tradicionales y pueden llevar una vida independiente si tienen el tipo de apoyo apropiado disponible.

Lic. María A. Sorrentino
  Fonoaudióloga

lunes, 8 de diciembre de 2014

Disfluencia

La fluidez es una función propia del lenguaje que tiene su máximo desarrollo entre los 2 y 5 años. La tartamudez es una alteración de la fluidez normal del lenguaje.
El niño involuntariamente al hablar  repite sílabas, partes de palabra, palabras, frases. Cuando un niño realiza esto decimos que presenta una disfluencia del habla, pero la disfluencia no es solamente el repetir palabras.
Hay chicos que hacen esfuerzo para hablar, se ponen colorados, les sale la voz  disfónica, hacen gestos o movimientos con la cabeza y/o el cuerpo acompañando lo que dicen, cierran los ojos o fruncen las cejas cuando hablan, presentan evidente incomodidad al hablar, hacen prolongaciones de sonidos, presentan tensión en la cara o en el cuerpo, hacen bloqueos pre fonatorios o toman aire antes de empezar a hablar.
El tratamiento en niños menores de 6 años tiene por objetivo revertir la dificultad, es posible evitar las disfluencias  si se actúa antes que finalice la adquisición del lenguaje.
Es por eso que es sumamente importante realizar una consulta con una fonoaudióloga a tiempo, luego de este período los objetivos de la terapia estarán orientados a reducir la severidad y frecuencia de las disfluencias y a trabajar las  actitudes negativas desarrolladas en relación al habla y a diferentes situaciones comunicativas temidas, con el objetivo de evitar o eliminar las conductas.
Además de consultar con un especialista, es muy importante que los padres modifiquen la forma de hablar ya que constituyen modelos de lenguaje para sus hijos, pueden seguir las siguientes pautas:
  • Hablar en forma lenta y relajada.
  • Escuchar al niño atentamente, prestando atención a lo que dice, y no a cómo lo dice. Darle el tiempo suficiente para hablar.
  • Hacer pausas entre preguntas y respuestas, para lentificar el ritmo de la conversación.
  • Nunca interrumpirlo o dejar que otros lo hagan.
  • Es recomendable escuchar canciones para que el niño las cante a la par.
  • Cambiar la actitud frente al problema de modo que no le afecte hablar del tema.
  • Organizar la vida del niño en casa para que no le produzca estrés.
  • Siempre trabajar para reducir la velocidad del lenguaje y de las situaciones.
  • Para pedirle cambios al niño, debemos hacer primero los cambios nosotros.
  • Respetar los turnos para hablar en casa.
  • Los padres deben encontrar momentos de juego, de lectura de cuentos o de conversación con el niño.
  • Darle seguridad, motivarlo para hablar, para que no se retraiga.
  • Proponerle actividades donde no fracase. Los problemas de fluidez verbal son el resultado de muchos factores sobre los cuales ni los niños ni los padres necesariamente tienen control, y por lo tanto no es culpa de nadie. No hay nada de malo en trabarse. La disfluencia es un problema que se puede superar. Hay motivos para tener esperanzas si el entorno del niño trabaja con un mismo fin.
 Lic. María A. Sorrentino.
 Fonoaudióloga

jueves, 27 de noviembre de 2014

Disfasia


La disfasia es un trastorno específico de la adquisición del lenguaje, a nivel expresivo, comprensivo o en ambos niveles, que no evoluciona espontáneamente hacia la normalización y que es resistente a la intervención fonoaudiológica.
Puede aparecer en otras patologías, como: deficiencia mental, hipoacúsia, autismo o psicosis. Puede ir acompañado de otras alteraciones lingüísticas, como: alteraciones de la comunicación, falta de desarrollo del juego, problemas de memoria, atención, hiperactividad,...
Aspectos expresivos:
- Alteraciones práxicas: dificultad para organizar secuencialmente los movimientos necesarios para producir lenguaje oral.
- Alteraciones fonológicas: referidas a la estructura silábica (omisiones silábicas, omisiones de consonantes iniciales y finales, omisiones de sin fones enteros... asimilaciones y sustituciones, pérdida de sonoridad). Y, dificultades para organizar secuencias de fonemas.
- Alteraciones morfosintácticas: dificultades en la adquisición de los morfemas (número, género, morfemas verbales). Omisión de elementos gramaticales (incapacidad para organizar los elementos de la frase en base a claves gramaticales).
- Menores dificultades de organización gramatical, pero acompañadas de un déficit léxico claro, de almacenamiento y de recuperación.
Aspectos comprensivos:
- Déficits muy severos en la comprensión del lenguaje. Se comporta como si fuera hipoacúsico.
- Las alteraciones en la comprensión persisten o pueden ser algo menores, pero se combinan con una salida verbal incoherentemente organizada a nivel gramatical, ocasionalmente ecolalia.
Aspectos cognitivos:
- Dificultades en el juego simbólico.
- Déficit en la construcción de imágenes mentales.
- Déficit en la memoria y en el procesamiento secuencial.
- Déficit en la memoria auditiva a corto plazo.
- Alteraciones de la estructuración del tiempo y el espacio.
- Heterogeneidad en los resultados de las pruebas de inteligencia.
Aspectos perceptivos.
- Dificultades en la discriminación de los estímulos auditivos.
- Mayor tiempo de latencia, sobre todo, ante estímulos auditivos.
- Déficit perceptivo para las frecuencias conversacionales.
Aspectos psicomotores.
- Dificultades práxicas.
- Alteración del proceso de lateralización.
- Inmadurez de las destrezas motoras.
Aspectos conductuales.
- Déficit de atención.
- Hiperactividad.
- Alteración de las relaciones afectivas y del control de las emociones.
Aspectos neurológicos.
- Se excluye la presencia de una lesión concreta.
- Parecen existir anomalías respecto al patrón normal. Asimetría interhemisférica.
A nivel general.
- El desarrollo del lenguaje está alterado de forma severa, afectando a la capacidad del sujeto para expresar o comprender.
- La alteración del lenguaje no se explica por problemas intelectuales, sensoriales o motores primarios, daños neurológicos evidentes o alteraciones de tipo psiquiátrico.
- Con cierta frecuencia, los problemas de lenguaje se ven acompañados de otros problemas psicológicos (de tipo atencional y amnésico, hiperactividad motriz, aislamiento social, conductas estereotipadas), problemas sociales y educativos de los que es difícil aventurar si constituyen la causa o el efecto del propio trastorno lingüístico.
- Casos, también, en los que se supone que se da una "competencia psicológica general" intacta, aunque la actuación está alterada, y una "competencia lingüística" severamente afectada.
           

 Lic. María A. Sorrentino

  Fonoaudióloga