¿Qué sucede con la plasticidad
del cerebro adulto?, ¿son modificables las estructuras cerebrales?
Se sabe que existen
periodos críticos que dependen de la explosión de las conexiones neuronales y
que decaen durante la vida, sin embargo, nunca es demasiado tarde para que un
cerebro aprenda trucos nuevos, la memoria en individuos pre seniles puede, con
la ayuda de entrenamiento, ser rejuvenecida, pues sus estudios demuestran que
la plasticidad no tiene límites, ya que si bien ciertas área de la corteza, por
ejemplo el área de Broca, son destruidas por un ataque cerebro vascular o un
tumor cerebral, el paciente tiene la probabilidad de recuperar la función una
vez que se traslada de los circuitos afectados por otros que pueden haber
tenido otras capacidades.
Algo importante tanto como la neurogénesis, es la relación directa con el
incremento de la actividad mental y el ejercicio físico, lo cual sugiere que
las personas podrían reducir el riesgo de enfermedades neuronales y con ello
ayudar a la reparación de los procesos cerebrales eligiendo retos mentales y
una vida activa físicamente, por lo que la mayoría de las
investigaciones apuntan que la estimulación ambiental es parte importante,
demostrando que el ambiente puede afectar la estructura cerebral, lo cual abre
la posibilidad de que los diseños arquitectónicos modifiquen las
casas, las oficinas y las escuelas para que estas se encaminen a ambientes más
enriquecidos que procuren el mejor funcionamiento cognitivo.
Pero ¿qué ocurre en cerebros que sufren
alguna lesión?, la investigación actual indica que la plasticidad existe,
durante el desarrollo pre y pos natal, se reconoce la existencia de periodos
críticos para que ello ocurra, sin embargo, una vez que se establecen las
conexiones sinápticas y estas se rompen o se deterioran, el patrón de
reorganización cortical en la recuperación funcional de las diversas
capacidades no es la misma, a pesar de que los mecanismos básicos de
plasticidad son compartidos por toda la corteza.
Sin embargo,
existen peculiaridades en los patrones de recuperación dependiendo del tipo de
lesión que se produzca, encontrando principalmente las siguientes
modalidades: lesiones motoras, lingüísticas, sensoriales, neuropsicológicas.
Con respecto a la
recuperación de una lesión de tipo motor, se sabe que la estructura de la
corteza cerebral está cambiando continuamente en respuesta al entrenamiento.
Estudios
realizados en personas con hemiplejía central, demuestran que la
recuperación funcional a través de la rehabilitación, produce mecanismos de
plasticidad que difieren dependiendo de la cronología de la lesión.
Cuando la lesión
requiere de un tiempo mayor para la recuperación y por ende tratamiento a más
largo plazo, se generan cambios permanentes en la corteza cerebral. En la
mayoría de los casos aparecen nuevas vías motoras que arrancan de la corteza
motora del hemisferio sano y se dirigen de forma contraria al lado
afectado, de forma que tiene lugar la recuperación funcional del lado
afectado.
Con respecto a la
recuperación lingüística, los estudios que aportan datos sobre
las áreas correspondientes al lenguaje y su configuración en un momento determinado
del desarrollo, han permitido comprender cada vez mejor la función
del lenguaje y su comportamiento tras una lesión.
En este sentido se
sabe que los niños a los 4 años de edad tienen muy bien localizada
la representación del lenguaje, en el hemisferio izquierdo, en la mayoría de
los casos, prácticamente igual que en el adulto. Sin embargo, dichos estudios
han encontrado evidencia de que la corteza cerebral involucrada en las
funciones lingüísticas también es sensible a la experiencia, de forma que los centros relacionados
con los procesos de lenguaje no son estables en el tiempo, y se expanden o
contraen dependiendo de la experiencia, ya que se aprenden nuevas palabras o se
dejan de emplear otras a lo largo de la vida.
De este modo, como
resultado de la plasticidad cerebral que sucede tras lesiones acontecidas en
etapas tempranas, se ha encontrado en diversos estudios, un aumento en la
activación de las regiones pre frontal, frontal inferior y parietal inferior,
para el lenguaje expresivo, y regiones temporales inferior, temporal frontal y
temporal superior, para el lenguaje receptivo. Probablemente, estas estructuras
corresponden a la zona responsable de las funciones relacionadas con el
lenguaje en etapas precoces, que con la maduración y complejidad creciente de
las conexiones neuronales, por lo que éstas quedan libres dependiendo del tipo
de tareas, pero conservan de forma latente esta capacidad, para retoman su
función en caso de lesiones posteriores a su desarrollo.
Lic. María A. Sorrentino
Fonoaudióloga
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